«El Fundador» o cómo conseguir el exito.

En este post voy a comentar mis impresiones al respecto de la película norteamericana de 2016 y dirigida por John Lee Hancock, «El Fundador». En mi opinión, se trata de un film que no sólo relata de una forma muy entretenida y apta para todos los públicos cómo se gestó una de las mayores corporaciones del mundo, Mc Donald’s, sino que también transmite una serie de valores.

Empieza el film con un primer plano del protagonista, un inmenso Michael Keaton que encarna a Ray Kroc, un aburrido vendedor de batidoras. En esta primera escena se ve un primer plano del vendedor de batidoras a «puerta fría» ofreciendo su producto a un posible comprador. Este primer primer plano consigue darnos la impresión de que ser nosotros mismos el posible comprador que recibe la intempestiva visita del protagonista, y eso es precisamente lo que se busca, ya que el film relata de una manera única y entretenida, pero con profundidad, el carácter de nuestro protagonista. El personaje nos suelta una serie de frases más o menos afortunadas y de argumentos más o menos ensayados y, al final, recibe la respuesta que parece más lógica, un NO; vamos a ver, ¿quién no le cerraría la puerta en las narices a un impertinente vendedor de multibatidoras a domicilio?

 

Ray intentando vender batidoras a domicilio. ¿Se la comprarías? Fuente: Tráiler oficial del film.

Corren los años cincuenta en Estados Unidos y nuestro protagonista va recorriendo el territorio vendiendo o, mejor dicho, intentando vender multibatidoras por doquier. En todas partes se repite la misma historia, los mismos argumentos, los mismos giros y el mismo NO, pero él no se rinde, sabe que en la constancia está el éxito. No obstante, en un momento dado, recibe una increíble noticia, recibe un encargo de varias multibatidoras al mismo tiempo y para un mismo restaurante; incrédulo, contacta con ellos para descartar un posible error y se encuentra con la sorpresa de que le amplían el pedido, de que le piden aún más batidoras. Asombrado, decide recorrer la larga distancia que le separaba de San Bernardino, donde se halla el restaurante del increíble pedido, y presentarse allí en persona para conocer este prodigio «in situ». Así pues, se presenta en la hamburguesería Mc Donald’s.

 

Colas en el restaurante original. Fuente: Tráiler oficial del film.

Una vez allí, Ray, como buen observador que es, se fija atentamente en las colas de gente delante de un mostrador de atención y de la rapidez con la que los clientes son despachados, amén de que la carta del restaurante es más bien limitada, sólo ofrece una serie de productos, todos rápidos y baratos de producir y, ante todo, rentables. Ray conoce a los propietarios, los dos hermanos Mc Donald, y se queda prendado del revolucionario modo de trabajo de la hamburquesería; se diría que todo está regulado, controlado, que los tiempos de cocción y de preparación de las hamburguesas están estandarizados y, lo más importante, que todo el equipo conoce el procedimiento a la perfección y, cuenda están trabajando, todo es como si de una coreografía de ballet clásico se tratara. Los dos hermanos enseguida confraternizan con Ray y, en una agradable cena, le explican los pormenores de cómo llegaron a diseñar el sistema de trabajo que tanto éxito les estaba dando. Simplemente, y adelantándose a su tiempo, habían conseguido estandarizar la confección de las hamburguesas hasta un punto en que el modelo, el Know-how,  era fácilmente replicable y, por lo tanto, presto a sufrir una dramática expansión.

 

¿Cómo lo hicísteis? Fuente: Tráiler oficial del film.

No obstante, aunque los dos hermanos habían dado en la diana en lo que a innovación se refería, diferentes fracasos empresariales anteriores les habían convertido en personas quizá excesivamente exigentes y precavidas. Mc Donald’s estaba presta a empezar a volar, pero todo ello, naturalmente, siempre que sus propietarios tuvieran suficiente visión de negocio y valentía para emprender un ambicioso plan de expansión. Lamentablemente, no parecía ser así; las malas experiencias previas habían convertido a los innovadores hermanos en extremadamente desconfiados y conservadores y eran reacios a acometer de manera decidida aquello que su negocio estaba pidiendo a gritos. En pocas palabras, los dos hermanos tenían la idea y el método triunfadores, pero les faltaba la actitud y la valentía para conseguir el éxito final. En este punto, cabe recordar la siguiente ecuación que resume muy bien la influencia de la actitud en el mundo empresarial, popularizada por el genial Victor Küppers:

  • Valor=(Conocimientos + Habilidad) x Actitud.

En este caso, claramente, tanto los conocimientos como la habilidad eran fantásticos. Lamentablemente, en esta ecuación la variable «Actitud» multiplica a la suma de las otras dos; por lo tanto, si nuestra actitud es CERO, el resultado de la ecuación será CERO, sin que importen para nada nuestros conocimientos o habilidad. Esa era la situación inicial del proyecto Mc Donald’s en el momento en que Ray Kroc conoce a los dos hermanos o, al menos, esa es la situación inicial que se nos presenta en la película.

Ray no adolece de la falta de visión de los dos hermanos y, además, le sobra actitud. Por ello, les propone crear un sistema de franquicias para expandir el modelo por toda la Costa Oeste. Los hermanos, muy reacios, le comentan que ya lo habian intentado, pero que sus franquiciados nunca seguían el modelo al pie de la letra y acababan fracasando y podiendo en entredicho a su propia reputación. Al final, Ray les convence pero los hermanos le imponen un contrato en que, en pocas palabras, aunque delegan en Ray la responsabilidad de dirigir la expansión, se reservan un poder absoluto en casi todo y se garantizan unos royalties claramente abusivos, posiblemente, esperando un fracaso por parte de Ray.

¡Franquícias, franquícias, franquícias!
Fuente: Tráiler oficial del film.

Pero Ray no es un cualquiera, le sobra actitud, y empieza a buscar nuevos franquiciados que compartan con él su visión y llega a proponer franquicias a personas con perfiles diversos pero, ante todo, emprendedoras como aquel vendedor judío de biblias cristianas a domicilio y que, cuando Ray le interpela para saber cómo un judío se puede poner a vender biblias, éste le contesta, «para mantener a mi familia«. Esa es la actitud ganadora, según Ray.

Pero el choque final entre los hermanos y Ray es inevitable, los hermanos torpedean cualquier iniciativa de cambio por parte de Ray y, además, le ahogan económicamente hasta obligarle a hipotecar su casa. Ray intenta renegociar su contrato y, ante la negativa de los hermanos a soltar un sólo céntimo, consigue una idea genial por parte de un asesor. Si no puedes ser el propietario de los restaurantes, al menos, puedes serlo de los terrenos donde se ubiquen estos, así podrás imponer construir los nuevos restaurantes sobre terrenos de tu propiedad. Es decir:

«El negocio no está en las hamburguesas, sino en el alquiler de los terrenos».

 

La gran expansión por todo EEUU.
Fuente: Tráiler oficial del film.

 

Este es el momento de inflexión en la historia, nace la Corporación Mc Donald’s y la expansión se convierte en exponencial. No voy a desvelar los detalles del final, aunque éste es fácilmente previsible; en el conflicto entre «conocimientos y habilidad» y «actitud» se acaba imponiendo esta última , era inevitable. El resultado final es de todos conocido, Mc Donald’s es una de las empresas más grandes del mundo y su fundador es Ray Kroc, aunque usando la idea creada por los hermanos Mc Donald.

Por lo tanto, una buena película que está llena de enseñanzas de todo tipo, también morales:

  1. La importancia de una actitud adecuada queda reflejada en esta obra, la constancia, el esfuerzo y el tener claros los objetivos a conseguir son vitales. Ray no se rinde ante nada y llega a arriesgar todo su patrimonio en la tarea.
  2. No obstante, también aparece alguna enseñanza no del todo «ortodoxa», pues llega un momento en que Ray debe romper con la palabra dada, romper con el abusivo contrato que le ataba y eliminar al estorbo que tenia delante, los hermanos Mc Donald; lo hace sin miramientos e incumpliendo promesas. Ello me ha llegado a reflexionar sobre si, en ciertos momentos críticos y ante una gran oportunidad personal o profesional, necesariamente se deba pisar sin miramientos a quien se te ponga delante para conseguir tu objetivo tal y como hace Ray, o si, por contra, hay otras maneras de afrontarlo. Seguramente me contestaréis que lo anterior pasa a menudo en todos los órdenes de la vida, pero ello no implica necesariamente que deba estar de acuerdo, ni en el modo, ni en la forma.
  3. Ciertamente, con sólo actitud y esfuerzo a veces no basta, pues si se tienen claros los objetivos a conseguir y se es enérgico, constante y se asumen los posibles riesgos y sus consecuencias los resultados podrán hacerse esperar, pero al final son inevitables si se sigue la estrategia adecuada. Posiblemente, ésta sea la gran enseñanza de esta buena película.
Una buena actitud consigue construir imperios. Fuente: Tráiler oficial del film.

 

Así pues, os recomiendo que, si podéis, visionéis este gran film. Ya me contaréis.

Jordi Mulé

Economista C.E.C. núm 13147.

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